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miga...quiero
hablarte de Jesús...de su amor por ti...él quiere que cuando muramos estemos
con él – en el lugar que él está preparando para nosotros...Todo lo bello que
Jesús ha preparado puede ser para ti también – si lo aceptas como tu Señor y
Salvador...
No
podrías...aunque Jesús quisiera salvarte – entrar al cielo si no naces de
nuevo...recuerda lo que él le dijo a Nicodemo:“En verdad te digo que el que no nace de nuevo
no puede ver el reino de Dios.”
Nicodemo Le dijo: “¿Cómo puede un hombre nacer
siendo ya viejo?
¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer?”
5 Jesús respondió: “En verdad te
digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de
Dios. 6 Lo
que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu
es. 7 No te
asombres de que te haya dicho: ‘Tienen que nacer de nuevo[b].’ 8 El viento sopla por donde quiere, y oyes su sonido,
pero no sabes de dónde viene ni adónde va; así es todo aquél que es nacido del
Espíritu.” (Juan 3:3-5)
Para
renacer...debes nacer de nuevo...por medio del agua y del espíritu...si te
bautizas entonces nacerás del agua para poder ser espiritual y entonces así
poder entrar en el reino de Dios...
Cuando
Cristo vuelva seremos transformados en espíritu para así poder entrar en el
reino preparado para nosotros...recuerda lo que dijo Jesús al respecto cuando
dijo en Mateo 22:30: "Porque en la resurrección, ni se casan ni son dados
en matrimonio, sino que son como los ángeles de Dios en el cielo."
Y también
dice: 1 Corintios 15:50: "Esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no
pueden heredar el reino de Dios; ni lo que se corrompe hereda lo
incorruptible."
Porque ésta
carne nuestra está contaminada con el pecado y ¿Cómo puede el pecado entrar en el reino de Dios?...allá
seremos SANTOS para Dios...
Ya no habrá
lágrimas – ni dolor...ningún tipo de preocupación habrá allí querida amiga.
Escucha éstas palabras de nuestro Padre: “Mira, yo he puesto hoy delante
de ti la vida y el bien, la muerte y el mal.”
Al cielo y a la tierra pongo hoy como testigos contra ustedes de que he
puesto ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues,
la vida para que vivas, tú y tu descendencia.
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