viernes, 27 de mayo de 2016

LOS LLAMADOS POR DIOS…

Pero muchos primeros serán postreros, y postreros, primeros. 

Mateo 19:30; Mateo 20:1-16




Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar obreros para su viña.
Y habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña.
Saliendo cerca de la hora tercera del día, vio a otros que estaban en la plaza desocupados;
y les dijo: vayan también ustedes a mi viña, y les daré lo que sea justo. Y ellos fueron.
Salió otra vez cerca de las horas sexta y novena, e hizo lo mismo.
Y saliendo cerca de la hora undécima, halló a otros que estaban desocupados; y les dijo: ¿Por qué están aquí todo el día desocupados?
Le dijeron: Porque nadie nos ha contratado. Él les dijo: vayan también ustedes a la viña, y recibirán lo que sea justo.
Cuando llegó la noche, el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros.
Y al venir los que habían ido cerca de la hora undécima, recibieron cada uno un denario.
10 Al venir también los primeros, pensaron que habían de recibir más; pero también ellos recibieron cada uno un denario.
11 Y al recibirlo, murmuraban contra el padre de familia,
12 diciendo: Estos postreros han trabajado una sola hora, y los has hecho iguales a nosotros, que hemos soportado la carga y el calor del día.
13 Él, respondiendo, dijo a uno de ellos: Amigo, no te hago agravio; ¿no conviniste conmigo en un denario?
14 Toma lo que es tuyo, y vete; pero quiero dar a este postrero, como a ti.
15 ¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno?

16 Así, los primeros serán postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son llamados, más pocos escogidos.


¿Acaso conoce alguno el tiempo de Dios?




S
ólo puedo decir que su tiempo es perfecto
Nosotros, los que le conocemos, nos hemos preguntado en múltiples ocasiones: “¿Por qué no tomé ésta decisión en otro tiempo…mucho antes?, entonces mi vida habría sido diferente…
La respuesta es simple…No era en nuestro tiempo sino en el tiempo de Dios… Pero, ¿Qué significa esto? El tiempo de Dios es perfecto…
Dios conoce perfectamente nuestro corazón, como pensamos…Y sabiendo esto, él entiende cuándo estamos listos para aceptar su voluntad en nuestras vidas.
Entonces ves que Dios llama a algunos cuando son apenas unos niños y estos pasan toooooooda su vida sirviéndole…con sus altas y bajas pero a sus pies siempre…como buenos cristianos… “Ustedes no han pasado por ninguna prueba que no sea humanamente soportable. Y pueden ustedes confiar en Dios, que no los dejará sufrir pruebas más duras de lo que pueden soportar. Por el contrario, cuando llegue la prueba, Dios les dará también la manera de salir de ella, para que puedan soportarla (1 Corintios 10:13).
Luego ves a otros mancebos, de edades tiernas todavía, que en lugar de andar por ahí en fiestecitas…han optado por servir al Señor…pues son llamados por él y a éste llamado nadie puede negarse.
Ves también a otros en los ´ta, a quienes Dios les dice: “Ya es tiempo…Ven”.
Sin embargo, hemos conocido, como es el caso de un hermano de nuestra iglesia, que apenas tenía dos meses de haberse bautizado cuando murió.
También supe, en los días en que acepté al Señor, de un hermano que justo después de bautizarse, al salir de la iglesia, fue atropellado por un auto.  ¿Casualidad?... ¿Destino?... No creemos eso…Dios tiene un plan para cada uno de nosotros.
Solo Dios sabe de nuestras fortalezas y debilidades… él sabe cuánto tiempo podríamos permanecer siendo fieles, y no solo eso, él también sabe qué tanto podremos resistir a las pruebas y tentaciones.
Dios sabe muy bien de qué estamos hechos…”En el vientre de mi madre tú me formaste” (Salmos 139:13).

Nos queda orar por misericordia a nuestro Padre celestial para que nos mantenga firmes en su camino e instruyamos a otros…“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10:17).

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