martes, 31 de mayo de 2016

Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado al fuego.


Por la mañana, volviendo a la ciudad, tuvo hambre. (Jesús)
Y viendo una higuera cerca del camino, vino a ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente; y le dijo: Nunca jamás nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera.

J
esús nos manda a dar por gracia lo que de gracia hemos recibido.  Nos manda a trabajar en su obra…a que brillemos, a que no nos quedemos callados y que demos a conocer al mundo lo que él ha hecho en nuestras vidas. 
      Si la gente nos ve felices a pesar de las dificultades que nos sobrevienen; si lucimos contentos y gozosos por la certeza que tenemos en nuestro Señor, de que él siempre estará en nuestras vidas para socorrernos y ayudarnos a mitigar nuestro oprobio, entonces la gente se preguntará el porqué de nuestra felicidad, de nuestra tranquilidad, de nuestra falta de preocupación por los problemas…entonces querrán tener de eso que tenemos nosotros… querrán tener nuestra paz que es la paz que sólo Jesús puede dar…
     Será ese nuestro momento para entrar, para ofrecerles del agua de vida que fluye para Vida Eterna… que vengan y beban de balde, porque hay suficiente para todos.  Entonces daremos frutos, muchos frutos…
     No podemos callar lo que hemos visto y oído… porque entonces él vendrá y no encontrará fruto en nosotros. 

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